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Venta de leche cruda

La OPL advierte que “la venta de leche cruda está generando una polémica y una alarma social innecesarias, que nos hacen perder a todos, en especial a los ganaderos”


El presidente de la Organización de Productores de Leche, José Alberto Martín, ante la polémica creada desde ciertos sectores e incluso desde medios de comunicación y supuestos analíticos dietéticos sobre la leche cruda, se cree en la obligación de advertir que “se está creando mucha desinformación en torno al tema, para beneficiar a los que principalmente no quieren los modelos de venta directa del productor al consumidor, para así poder llevarse la mayor parte de la tajada trabajando y exponiendo lo mínimo, metiendo cada vez más alimentos procesados y de más larga duración en almacenaje. De hecho, -añade- se va demostrando que están surgiendo cada vez más intolerancias, por causa de la mala digestión de los nutrientes de los alimentos, al haber pasado por procedimientos muy agresivos de tratamiento”.

Los ganaderos recuerdan el riguroso cumplimiento que llevan a cabo de las normativas, tanto europeas como españolas, en cuanto a bienestar animal y a controles sanitarios tanto de animales, como de la leche, controles que se hacen cada año, como por ejemplo los de brucelosis y tuberculosis y diariamente a la leche al ser cargada a los camiones de destino a la Industria, los controles de calidad e higiene, así como de refrigeración, donde se tienen que cumplir y se cumplen todos los parámetros: “Nunca se tuvo más control higiénico sanitario de la leche y de los animales, que hoy. Dichas normativas, así como las sanciones que son muy duras, cualquiera las puede encontrar para leer e informarse bien en la web del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación”, afirma Martín.

Insiste en que “parece que no se le quiere dar mucha importancia a todos estos controles. A día de hoy el no informar de ellos al consumidor genera mucha desconfianza, mucha gente crea y difunde bulos para mal informar o crear polémicas y falsedades, sin tener en cuenta que para el ganadero llegar a este punto de tantas exigencias, le ha supuesto, además, de una gran inversión económica, mucho más control, más trabajo y un mayor coste a la otra de producir”. En este sentido, cree que “los ministerios de Agricultura y Sanidad tendrían que avalar el buen cumplimiento de todas estas exigencias y controles, si no de poco sirve todo el trabajo y esfuerzo de los ganaderos por cumplirlas”.

“Vender leche cruda no es, en ningún caso volver hacia atrás, para empeorar el riesgo de salud al consumir, más bien es devolver un producto a su estado natural y dar al consumidor la opción de comprar calidad”, dice. Sobre que no se le puede dar la responsabilidad al consumidor de cocer la leche, para matar las bacterias que pueda tener, hace alusión a que también se nos aconseja congelar el pescado, lavar la fruta, verduras u hortalizas, antes de comerlas y en el caso de la leche cruda, “desde toda la vida, ya nuestras abuelas y los que tenemos vacas sabemos que hay que cocer (HERVIR) la leche, para evitar enfermedades”.

Explican que un ganadero que produce diariamente 1.000 litros de la leche, que la industria paga a 0,31€/litro, a través de la venta de leche cruda podría añadir 100 litros más al día, a unos 0,70€ o más. “Esta práctica ayudaría a aliviar las ventas a pérdidas, que hoy en día nos ocasiona tener que depender forzosamente de la industria, pasando por su yugo”, asegura.

Otro de los grandes beneficios que señalan es el acercamiento del consumidor al productor. “Es una oportunidad de recuperar la visión de cómo se trabaja en el campo y en las granjas y de cómo cuida a los animales, así como para enfrentarse a esa perspectiva de cuánto cuesta producir los alimentos y lo sacrificado que es dicho trabajo. Podremos mostrar lo que siempre han sido la agricultura y la ganadería, trabajos vocacionales, el amor por lo que se hace y el sobre esfuerzo que tenemos que hacer, para poder vivir dignamente de la producción de alimentos. Los bulos y falacias provienen del desconocimiento, creado por el actual modelo de comercio que aleja al consumidor del productor”, advierte.

Inciden en que, además, “hasta ahora ya se vendía leche cruda, ya que las normativas europeas así lo permiten y prevalecen sobre las normativas de cualquier país, siempre y cuando se cumplan las exigencias, que son las mismas que hoy en día se exigen para recoger la leche con destino a las industrias. Cualquier granja que entregue leche a una industria, tiene la capacidad de vender leche cruda directa al consumidor, así que el riesgo sanitario es exactamente el mismo. Pero en este caso, los beneficiados son el ganadero y el consumidor y los perjudicados: los intermediarios y las grandes cadenas de distribución. Estos últimos, son los que tienen capacidad para contratar prensa, -denuncia José Alberto Martín-. Cuando la leche sale de la granja pagan una miseria al ganadero, que no llega para cubrir los costes de producción, con la venta directa el ganadero podría cubrir costes y el consumidor pagar menos y tendría una leche más natural y directa, con todas las garantías de calidad”, remata.

Insistimos en que la leche cruda siempre hay que hervirla y mantenerla fría para evitar riesgos, como sucede con cualquier otro alimento.

26/07/2018, Revista Frisona

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